Cerro de los Hoyos o el Nevazo desde el Collado de la Ventana.

Ruta espectacular y totalmente desconocida, que parte desde el aparcamiento del puente del Mediano. Comenzamos en fuerte subida, pasando por la Laguna del Lomo, la Senda de la Herrada hasta acceder sin problemas al Collado de la Ventana o de la Herrada. Una vez allí, iniciamos el rodeo del Cerro de los Hoyos o del Nevazo, en el sentido contrario a las agujas del reloj, adentrándonos, poco a poco, en uno de los muchos laberintos de La Pedriza. Dejamos a nuestra derecha los Riscos de la Miel y del Panal, y accedemos al paso más delicado de toda la ruta. Es conveniente llevar una cuerda, por si necesitamos asegurar un pequeño paso en el descenso que hay que hacer para sortear uno de sus montículos. No ofrece gran resistencia, de hecho, nosotros lo pasamos sin la ayuda de la cuerda, pero no está de más por si acaso. Desde aquí solo nos queda llegar al Collado de los Hoyos, donde atacaremos el acceso al cerro del mismo nombre. Cerro de los Hoyos o del Nevazo: Su nombre original se debe a las pilas formadas en la piedra granítica por la erosión, conformando bebederos para aves. Posteriormente, un montañero que le pilló una nevada en su cumbre, la denominó Cerro del Nevazo al ignorar su anterior nombre (así lo explica C. Bernardo de Quirós en su libro La Pedriza del Real de Manzanares de 1921), aunque en realidad, son dos cerros distintos o así por lo menos, viene marcado en la cartografía de la Tienda Verde La Pedriza E = 1/10.000 Las vistas espectaculares y el entorno único, como casi todo en La Pedriza. Volvemos al collado y continuamos nuestra marcha, ya en bajada, por el Callejón de Las Abejas, siguiendo la Senda Maeso o PR-M1. El Puro, el Collado de la U y de nuevo al Collado de la Ventana, para volver por el mismo camino a nuestro punto de partida, cogiendo, a veces, algún atajo. Se podría volver también, en un día largo de sol, continuando por la Senda Maeso, hasta el Collado de la Dehesilla y de ahí, por el Hueco de Coberteros, al punto de partida. Durante la ruta no hay fuente con agua. Se cruzan algunos arroyos en las partes bajas. Y por favor, no olvidéis la cámara de fotos.